Asistir a la representación de El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca es un regalo. Tanto que es inevitable acudir al texto para revivir las sensaciones, las emociones y los pensamientos que esta obra de Alberto Conejero despiertan. Este sencillo montaje lleva girando más de un año, desde su estreno en febrero de 2022 en el Teatre Nacional de Catalunya. El Teatro de la Abadía de Madrid ha acogido esta pequeña joya en dos ocasiones, en febrero y en diciembre de 2023. La temporada pasada muchos espectadores no pudimos disfrutar y compartir este tesoro que se multiplica y se expande. Como si de un libro sagrado se tratara, las palabras en este montaje se elevan como versículos y se consagran como una renovada fe en la vida, la educación y la cultura.
Antoni Benaiges (Sergi Torrecilla) es un joven maestro catalán que nos cuenta con entusiasmo su vocación docente desde su nacimiento en 1903 y su infancia. Su vida va a la par con los acontecimientos que ocurren en España en aquellas décadas: dictadura de Primo de Rivera, proclamación de la Segunda República. En 1934 elige como destino la escuela rural de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos. Lo hace porque considera que en estos lugares recónditos donde apenas llega y penetra la cultura es más necesaria la labor docente. Pocos meses después paga de su bolsillo un gramófono, primero, y una imprenta, después. Con ella pretende que sus alumnos, niños y niñas condenados al trabajo en el campo desde su nacimiento, escriban sus emociones y pensamientos. Los llama por su nombre, Honorato, Engracia…, antes de corregir sus faltas de ortografía y convertirnos a los espectadores en aquellos niños que miramos a los ojos a través de una foto de grupo, en blanco y negro, con el maestro Benaiges. Todo ello lo realiza con una sencillez y una entrega dignas de tal admiración que renueva y relanza la vocación docente de los espectadores-profesores presentes entre el público. El primer periódico que crea con los niños de la escuela recibe el nombre de Gestos, como si el suyo de confiar en la inteligencia de sus alumnos no fuera el gesto supremo. Para el curso siguiente, decide adquirir una nueva imprenta para los más pequeños y así elaborar la gacetilla Recreo porque significa ‘crear de nuevo’. Así, gesto a gesto, frase a frase, Alberto Conejero y Xavier Bobés van recreando y acercándonos a la piel hasta rozarnos y erizarnos los poros la historia de Benaiges.
Para ello, Xavier Bobés, presente en el escenario durante toda la representación, nos enseña su poética de los objetos. Consigue, a través de una cámara de vídeo metida en una rudimentaria caja de madera, amplificar proyectando sobre el fondo y descifrar el valor de unos viejos y sencillos objetos que cobran todo el sentido y nos hablan como si de unos personajes más se trataran: manuscritos, fotografías, tipos, tizas, papeles… Nos evidencian la perpetua oscilación de utensilios cotidianos entre belleza, utilidad y memoria, hasta el punto mágico en que cobran vida en la imaginación de los niños que fueron alumnos de Benaiges y los niños que asistimos a la representación.
En enero de 1936, meses antes del inicio de la guerra civil, imprimen El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, un librito que “contiene, en formato de verso, más que prosa, las expresiones de los escolares de cómo se imaginan el mar, sus miedos y sus sueños”, porque ninguno de ellos lo ha visto. Nos parece mentira, pero no hace tanto los nacidos en la Meseta tardaban décadas, si lo lograban, en contemplar el inmenso azul. Pero el maestro les promete llevarlos ese verano a Cataluña a contemplar el mar. Antoni Benaiges no pudo cumplir nunca su promesa porque fue fusilado el 25 de julio de 1936, apenas siete días después del golpe de Estado. Fue uno más de los peligrosos docentes represaliados y perseguidos por la barbarie y la sinrazón fascista y totalitaria. Su delito fue creer que es posible cambiar las mentes y las vidas con la tiza y el conocimiento. ¿Es utopía seguir creyéndolo?
Lo que nos hace humanos
es que no sabemos vivir.
Hemos de aprenderlo todo,
desde que nacemos hasta que morimos.
La muerte no culmina
el proceso de aprender:
lo interrumpe.
De Marina Garcés,
Escuela de aprendices
(Galaxia Gutemberg, 2020).
Post scriptum: En julio de 2023, El mar fue censurada y retirada de la programación en la localidad burgalesa de Briviesca, situada a menos de diez kilómetros de Bañuelos de Burueba, por decisión del ayuntamiento gobernado por PP y Vox. Un grupo de vecinos se reunió para realizar una lectura de la pieza en voz alta.
Begoña Chorques Fuster
Profesora renovada que escribe
Leyendo tu reseña, querida Begoña, me he emocionado... La profesora que aún habita en mí, después de tantos años, y el ser humano que creo ser y que respeta profundamente la libertad, el derecho a la educación y la vida de otros seres humanos. Me resulta increíble que, hace sólo unos meses, la obra fuera censurada. La barbarie, el cerrilismo y la ignorancia de los fascistas ha vuelto con fuerza, espero que no para quedarse.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
La obra es una joya y releer el texto te hace revivir la representación. Es un texto que te reconcilia con tu vocación docente y hace que te preguntes qué carajo estamos haciendo en las aulas... Por desgracia, lo de la censura ya no es ni tan extraño ni tan sorprendente. Te pongo otro ejemplo: en la ciudad de València el gobierno municipal de PP-Vox han denegado el permiso para que se celebre la 'Cavalcada de les Magues de gener'. Recibe también el nombre de "Festa de la infantesa". Esta cabalgata lleva años celebrándose el primer domingo de enero después de Reyes. Recupera la cabalgata laica y feminista que se celebraba durante la II República. Participan muchas asociaciones vecinales, culturales y civiles en la organización y se patrocina con micromecenazgo. Han denegado (censurado) el permiso alegando que crea problemas serios de movilidad en la ciudad. Estos representantes públicos dicen ser los defensores de la libertad.
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