domingo, 29 de septiembre de 2024

CARMEN, NADA DE NADIE

Carmen, nada de nadie de Francisco M. Tallón y Miguel Pérez García vuelve a la cartelera del Teatro Español (Sala Margarita Xirgú) después de agotar entradas la temporada pasada. El equipo artístico se mantiene, a excepción de la actriz que interpreta el papel de la protagonista, que en esta ocasión es para Beatriz Argüello, que pone el foco en la lucha interna y personal de Carmen.

 

La obra indaga en la biografía de Carmen Díez de Rivera, a la que Francisco Umbral se refirió como “musa de la Transición”. Esta ha sido la única mujer que ha desempeñado el puesto de jefa de gabinete de Presidencia del Gobierno desde la restauración de la democracia en España. Lo hizo en un momento crucial durante unos meses convulsos de la transición: entre julio de 1976 y mayo de 1977. La determinación de Carmen ante cuestiones cruciales, como la legalización del Partido Comunista de España o su opinión sobre el aborto, pone de relieve el papel fundamental de esta mujer, silenciado e incluso olvidado. En la obra, también aparecen los nombres masculinos que han pasado a la historia con mayor y menor fortuna: un dubitativo Adolfo Suárez (Oriol Tarrasón), un frescales Juan Carlos I (Víctor Massán) y Santiago Carrillo. 

 

La obra toma el título de la letra de la canción Nada de nada de Cecilia en clara alusión a nuestra historia reciente, así como al carácter libre, feminista, valiente e independiente de esta mujer que luchó, a menudo sola, contra todo y contra todos, enfrentándose a los prejuicios de género y clase. Porque Carmen pertenecía a una familia aristocrática, bien relacionada con el régimen franquista, que, a pesar de haberse formado en Filosofía y Letras y Ciencias Políticas en la universidad y haber recibido la mejor educación en Oxford y en la Sorbona de París, renunció a los privilegios de su clase para defender la igualdad y la justicia social. Avanzada a su tiempo, tuvo que enfrentarse a la incomprensión y a los prejuicios de los que la rodeaban, incluida su madre, con quien mantuvo una relación problemática. Pero Carmen también guardaba un terrible secreto familiar que marcó su existencia desde la juventud y que afianzó su carácter de mujer luchadora y solitaria, porque la vida de Carmen Díez de Rivera estuvo marcada por la tragedia. “Yo noté que algo se me había roto dentro”. Terapias de curas de sueño en Francia, ingreso en un convento de clausura, misiones en Costa de Marfil… hasta que llegó a Radio Televisión Española a trabajar con Adolfo Suárez.

 

Los autores han creado un artefacto teatral en el que la ficción, donde todo es mentira, sirve para desvelar la verdad de este personaje histórico y devolverle la relevancia y el reconocimiento que merece. Para ello, han buceado en la época y en las circunstancias que marcaron a esta mujer que nació en Madrid en 1942, presentando un montaje donde se dan algunos flash-backs que nos van explicando el ser humano que era Carmen y nos desvelan la incógnita que condicionó su periplo vital. Con una puesta en escena sencilla, marcada por los claroscuros, las mesas de despacho de Carmen y Suárez, unos diálogos vivos entre ambos y la presencia del mar que tanto amó Carmen, la historia se apoya en documentos gráficos y periodísticos de la época para situar en el contexto histórico a los espectadores más alejados de este periodo complejo y convulso. Todo ello para ir desgranando y acercándonos al ser humano roto que palpita bajo el personaje histórico apasionante. Carmen murió de cáncer en 1999 con apenas 57 años de edad, aunque ella consideraba que había muerto muchos años antes.

 

Begoña Chorques Fuster

Profesora que escribe

 


 

 

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