domingo, 18 de junio de 2023

ENCERRONA

Pepe Viyuela, el payaso, se queda atrapado en el escenario. La puerta se cierra y no hay posibilidad de salida. Nos mira tímido y desconcertado sin explicarse lo que ha podido ocurrir. Se siente engañado porque alguien le ha animado a cruzar el umbral de la puerta y después lo ha dejado solo ante el peligro. Cuando entra en escena no sabe dónde se está metiendo. Echa la mirada hacia los lados buscando respuestas, quiere escapar pero, rendido ante la evidencia, solo le queda enfrentarse a la mirada del público, que le observa expectante, y hablarnos en su propio lenguaje acercándonos, sin saberlo, al niño que fuimos.

 

Encerrona es un espectáculo casi treintañero que está grabado en nuestra memoria adolescente. El planteamiento es simple. Durante una hora y media, el bufón es arrojado ante el trono y se ve obligado a actuar para entretenernos. Y lo hace con humor y ternura. Le acompañan una serie de objetos cotidianos: una guitarra, una silla, una chaqueta, un periódico y una escalera. Con ellos, juega e improvisa, lo pasa mal y se divierte. Nos invita a mirarlos con unos ojos distintos a los de cada día. Los objetos se convierten en aliados o en enemigos terribles que le impiden conseguir su objetivo. La suya es la mirada de un niño que se enfrente a estos objetos por primera vez, que no sabe usarlos o acaso es capaz de descubrir sus múltiples posibilidades. Para él son completamente misteriosos y sorprendentes. ¿Cuál es la perspectiva correcta? ¿La suya o la nuestra? Nos resulta fácil juzgarle, determinar su falta de pericia. Tomamos distancia y nos reímos, porque para él subir una escalera o ponerse una chaqueta se convierten en tareas imposibles. Sin embargo, no nos damos cuenta de que nuestras vidas son también un juego, en el cual estamos obligados a actuar. Muchas veces nosotros tampoco sabemos dónde nos hemos metido y nos hacemos un lío con la vida. El payaso nos interpela y nos cuestiona.

 

Encerrona nos coloca ante el espejo de nuestras existencias desde la alegría y el absurdo, para hacernos reflexionar sobre nuestra cotidianeidad desde la perspectiva del clown. ¿Nuestra manera de vivir es quizás la metáfora de ese payaso?

 

Begoña Chorques Fuster

Profesora que escribe

 


 

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