domingo, 14 de abril de 2019

ABSÈNCIA. RESEÑA DE JOSÉ ÁNGEL PÉREZ

“Los libros y las palabras me vuelven a situar cerca de ti”. (Absència)

Con estos versos del poema “Transferència 3” de su segundo poemario, comenzamos este íntimo encuentro con Begoña Chorques Fuster.

Actualmente se dedica a la labor docente como profesora de Lengua castellana y Literatura en el I.E.S. “Parque de Lisboa” de Alcorcón y destaca por su talento como poeta, narradora, articulista en diversos diarios y mantiene su blog “Una cambra pròpia” donde también publica sus reflexiones y artículos de gran interés. No obstante, ella siempre se define como “profesora que escribe”. Podría decirse de Begoña que es una mujer cosmopolita que busca y descubre en las formas su razón eterna.

Ya en su primer poemario, Olor de poma verda, restaura la vivencia especial de la realidad como un éxtasis de conocimiento, amor y aventura hacia lo absoluto de las palabras poéticas que solo se explican desde el mismo poema.

Esa emoción genuina  del poema la recoge Begoña como mujer reivindicando aquello que, a lo largo de la Historia, otras no pudieron hacer debido al patriarcado reinante. Situar el amor en el epicentro de lo sentido y del que siente, es una prueba de que la sociedad quiere cambiar hacia una nueva dimensión, dejando atrás ideas apolilladas y estereotipos que querían el silencio, la maternidad y la sumisión como estandartes de la imagen de la mujer, sin derechos pero con todas las obligaciones.

Las letras hispánicas, por ejemplo, a lo largo de la Historia, lo han reflejado perfectamente. Solo hay que ver cómo los currículos oficiales de Bachillerato apenas mencionan escritoras hasta el siglo XIX, que no sean, entre muy pocas, Santa Teresa, Rosalía de Castro o Emilia Pardo Bazán. ¿A qué es debido? La causa  principal hay que encontrarla evidentemente en factores socioculturales y políticos. A pesar de que la imagen del siglo XVI es la de un siglo que se abre a las mujeres y un XVII que se cierra, en este último son más las dramaturgas y poetisas que escriben (pero debían hacerlo furtivamente bajo seudónimos o fingiendo ser hombres).

Ya desde los siglos XVIII y XIX se aprecia una apertura en el tratamiento de la mujer en la literatura y será en el XX (aunque principalmente en el XXI) cuando empecemos a dejar de ver modelos idealizados de santas, mujeres objeto, ninfas, falsas beatas, monjas o pícaras que se presentaban sin posibilidad de tener voz y mirada propia. Y es una mirada, una mirada de mujer la que Begoña revive en cada uno de los poemas de Absència. La mirada de la “iaia Trini”. Esa “iaia” que nos acercará a nuestros sentimientos más profundos. Es la “iaia” de todas nuestras “iaias”. Aquellas que son nuestro descanso a la hora de la brisa, nuestras confidentes, el mejor regalo recibido de la vida…

Como regalo es para el amante de la poesía y de la palabra es experimentar en Absència la comunión gozosa, “amando todas las cosas desde el relato de la experiencia”. A lo largo del poemario, escrito en catalán y editado exquisitamente también en versión bilingüe, nuestra lengua hermana es amada de forma misteriosa e inefable, sirviendo de vehículo a un discurso absolutamente libre, luminoso, delicioso, evitando la linealidad argumentativa pero desgranando experiencias vitales y reveladoras desde la Xàtiva natal. En esa Xàtiva acogida y acogedora, azul y mediterránea (trasunto quizá de la iaia Trini) contemplamos sus  gentes y la sencillez de la existencia.

Así pues, para un neófito, Absència es perfecto por varias razones: la mujer es el centro del poemario (pero vista como una armoniosa apertura a la totalidad del universo), el acercamiento de lo cotidiano (y su reconciliación con el “nosotros” desde el “yo”) y, finalmente, permite descubrir la lengua catalana como hermosa barca que porta las palabras en el océano del existir.

Disfrutadlo.

José Ángel Pérez Portillo


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