Una cambra pròpia

domingo, 27 de marzo de 2022

EL DERECHO A AMAR DE ARTURO ARNALTE

El derecho a amar fue una exposición de la fotógrafa Isabel Muñoz (Premio Nacional de Fotografía 2016). Esta interesante muestra se pudo visitar en CentroCentro Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Estuvo integrada en el marco de las actividades organizadas a propósito del World Pride 2017. EL proyecto fue llevado a cabo codo con codo con nuestro querido Arturo Arnalte. En ella, ambos intentaron hacer una recorrido por la realidad social LGTBI actual en nuestro país. Se trataba de un itinerario geográfico y temporal por la diversidad de un colectivo que no es ni uniforme ni homogéneo.

 

Un mérito que se apuntó el proyecto fue el amplio espectro social que abarcó. En ella pudimos encontrar a personas anónimas, profesionales, activistas, intelectuales, gentes de a pie… que pertenecíamos a diferentes edades. El carácter intergeneracional de la exhibición rompió estereotipos, subrayó la naturaleza plural del colectivo LGTBI e integró a adolescentes, adultos y mayores que reivindicamos nuestro derecho a amar a quien nosotros deseemos. Hubo adolescentes que se plantaron orgullosos ante la cámara de Muñoz en diálogo desacomplejado con los activistas de los años 70 y 80, que lucharon por el reconocimiento de nuestros derechos. Mientras, los mayores los observaban desde el desencanto y la libertad que te concede la edad, y las personas transgénero seguían esperando desafiantes e impacientes la normalización de su reivindicación. En medio de todos ellos y junto a ellos, estábamos el resto. Esta heterogeneidad ni fue improvisada ni un hallazgo fortuito: Arturo, conocedor del colectivo y curioso empedernido, era sabedor de esta riqueza y pluralidad y quería mostrarla. Parece que lo consiguieron. 

 

Los que tuvimos la suerte de vivirlo desde dentro, sabemos de los avatares que el proyecto sufrió a través del tiempo y los obstáculos que superó hasta que llegó a su feliz culminación. Arturo puso su red de afectos en el colectivo LGTBI delante del objetivo de Isabel. Dos rasgos destacaron en las fotografías de Isabel Muñoz. La primera fue una característica definitoria de su obra: la sensualidad del cuerpo humano. Muñoz, con su peculiar perspectiva, busca la belleza de todo cuerpo humano y consigue atraparla. Lo hace, por un lado, a través de la captación del detalle, ese fragmento fugaz que puede pasar desapercibido fácilmente. El segundo es la mirada: la de la fotógrafa que se asoma al mundo interno del ser humano al que fotografía; y la de la persona retratada que mira a cámara, involucrada en una relación de complicidad con Isabel, como el propio Arturo describió. Gracias a él participamos en este proyecto y tengo que reconocer que ayudó a estrechar nuestro vínculo de amistad ya existente. En la entrevista previa a la sesión fotográfica que tuvimos con ambos, Arturo se mostró sorprendido de nuestra intrahistoria. Pero fue el ser humano acogedor y comprensivo que todos hemos disfrutado tantos años, no los suficientes. En el trabajo con los adolescentes, nos asomamos a la ventana de la experiencia de los más jóvenes que, aún hoy, tienen que seguir derribando muros de homofobia e incomprensión. Lo grato fue compartir la alegría y la algazara de quienes están en los primeros compases de su pieza musical y mirarnos mutuamente divertidos recordando nuestros propios gorgoritos. Sonrío mientras escribo/leo estas palabras.

 

La mirada de Arturo Arnalte impregnó cada parte del proyecto desde la retaguardia del cuaderno en el que tomaba notas, dejando su sello de tolerancia y respeto. Junto con la exhibición fotográfica, se publicó un libro con el mismo título El derecho a amar (Editorial Egales, 2017). Gracias a la obstinación de nuestro amigo, quedaron reunidas en esta publicación las fotografías de Isabel y un texto de Arturo que recorre el “viaje por el vertiginoso cambio que ha vivido en una sola generación la comunidad LGTBI en España”. Gracias, Arturo.

 

Begoña Chorques Fuster

Profesora que escribe

 


 

6 comentarios:

  1. Genial Bego. Me habría gustado ver la exposición, pero tu descripción hace ver mucho más que las fotografías
    Gracias Begoña.

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    1. La exposición estuvo muy bien, sobre todo, habiendo vivido los entresijos del proyectos. Un abrazo, Víctor.

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  2. La fotografía es siempre la mejor forma de entrar por el agujero de las cerraduras. Aún quedan muchas puertas de armario por abrir. Qué falta hacen esfuerzos artísticos como el de Isabel Muñoz, gestos generosos como el de Arturo Arnalte y megáfonos como el tuyo, Begoña.

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    1. Gracias, Pilar. Seguimos con esa infusión pendiente y esto empieza a ser imperdonable...

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Nos infusionaremos con hojas de té milenario. Un abrazo enorme.

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