Señores Sánchez e Iglesias, nos han
defraudado ustedes profundamente. Han consumado el despropósito temerario de
una nueva convocatoria de elecciones generales y lo han hecho teniendo en
cuenta única y exclusivamente su interés personal y partidista. Uno ha visto la
oportunidad de volver al bipartidismo y noquear a un adversario debilitado;
otro busca el poder con obstinación por propia supervivencia. Debería darles
vergüenza porque, lejos de retirarse para dar paso a nuevos interlocutores
políticos, ahora los ciudadanos tenemos que seguir aguantando sus reproches
dialécticos, su infantiloide ‘batalla por el relato’ y su desvergonzado ‘y tú
más’.
Su ego hipertrófico nos ha llevado a un
callejón sin salida, un cul-de-sac que muchos dudamos que se abra después del
10N: la sentencia del procés, la
crisis territorial, la ralentización de la economía, la reforma de las
pensiones y la Seguridad Social, la financiación de las CCAA, las leyes
progresistas que esperan en el cajón… ¿Les extraña que una parte del territorio
se quiera marchar? Los españoles en bloque deberían reivindicar la
independencia de sus políticos incompetentes e incapaces. En el mejor de los
casos estaremos en una situación similar a la actual; en el peor, los tres partidos
de la derecha sumarán y pactarán. Porque no tengan ninguna duda de ello: si PP,
Cs y Vox suman, llegarán a un acuerdo para defender los intereses de aquellos a
los que representan. Encarnan ustedes el fraude de la izquierda, son el eterno
retorno devaluado del cainismo de los partidos de progreso que tanto ha marcado
la historia de este país. Se lo recordó el señor Aitor Esteban, un político
vasco nacionalista y conservador, en la fallida sesión de investidura, “el
cielo se asalta nube a nube.”
Ustedes afirman representar a millones
de ciudadanos, pero se pasan sus necesidades y sus expectativas por el forro.
Nos han demostrado que les importamos muy poco, nada. Han obrado con la misma
sensibilidad social con la que lo hizo el gobierno de Mariano Rajoy cuando
aplicaba recortes atroces que afectaban a los sectores más vulnerables de la
sociedad. Han actuado movidos por su falo acomplejado que busca aniquilar al
enemigo, jugando a un estúpido juego de tronos, aconsejados por gurús de la
estrategia política, agazapados en la Moncloa, pensando que son ustedes los
garantes del purismo ideológico de izquierdas que puede despreciar la voluntad
de millones de personas.
Nos da igual si ustedes se caen bien o
no, si no se soportan. Hay necesidades sociales que están a la espera de su
ridiculez adolescente. Nos importan un pepino sus doctorados, sus másteres, sus
estrategias, su brillantez académica o discursiva porque han demostrado que les
falta la más importante de las inteligencias: la emocional. No han sabido leer
el momento histórico y social y saber lo que nos jugamos. Se han cargado el
deseo de cambio y de pacto que los votantes de izquierdas les encomendaron el
28A, han secuestrado el voto de los ciudadanos y encima nos exigen un rescate.
Argumentan que quieren cambiar las vidas de las personas, que pretenden la
estabilidad del país. Las suyas sí han cambiado y nos dan la espalda desde un
palacio de la Moncloa, desconectado de la realidad cotidiana de los españoles,
y desde un acomodado chalet en la sierra desde donde han liquidado las ansias
de transformación social del 15M. Y lo hacen con absoluta desfachatez. Para
estos lodos, no hacían falta aquellos barros.
Si les parece que soy extremadamente
dura en mis aseveraciones, piensen en los enfermos terminales que esperan la
aprobación de una ley de eutanasia, en los mayores que esperan sus ayudas a la
dependencia, en las personas desempleadas que esperan las políticas activas de
empleo (esas que ustedes se disputan), en los trabajadores precarios que
esperan una ley laboral más justa, en los pensionistas con bajas pensiones que
esperan la derogación del copago farmacéutico, en las personas LGTBI que esperan
la aprobación de la ley estatal que garantice sus derechos, en los estudiantes
y profesores que esperamos una ley educativa que dé fin a los vaivenes
legislativos de los últimos lustros.
Era imprescindible que ustedes dejaran
de lado sus animadversiones personales y se pusieran a trabajar, para dar
estabilidad y para mejorar (en la medida de lo posible, sin posiciones
maximalistas) la vida de todos. Su indignidad política lleva a la incoherencia
a los votantes de izquierdas que por responsabilidad (de la que ustedes carecen)
debemos ir a votar de nuevo. Aquellos que reconocemos la lucha de nuestros
mayores por la democracia nos tragaremos la náusea que su actitud nos provoca y
volveremos a depositar la papeleta en la urna. Pero, ¿son conscientes del daño
que han hecho a la democracia y a la conciencia política de los jóvenes de este
país? Ya pueden ustedes dormir tranquilos.
Begoña Chorques Fuster
Profesora que escribe
Tal vez funcionen mejor las izquierdas con un trío errejoniano. Desde luego, a las tres derechas no les quita el sueño entenderse dentro y fuera de la cama.
ResponderEliminarLos votantes de izquierdas lo tienen mal, a menos que voten en una demarcación donde se presente MásMadrid (provincia de Madrid y alguna más, quizás). Por eso sigo que su indignidad nos aboca a la incoherencia. Lo más coherente sería no votar: plantarnos y decirles no. Pero sabemos a lo que nos exponemos con eso y ellos juegan esa baza. Es una vergüenza lo que hacen. No se merecen estar donde están. No tienen ni idea de lo que significa el sintagma 'servicio público'.
EliminarY lo peor es el daño que hacen a la juventud y a su conciencia política. Después se extrañarán que los jóvenes no vayan a votar ni quieran saber nada de política.
ResponderEliminarHola, me ha enviado mi hijo este artículo, y me ha encantado. Es lo que pensamos todos los de izquierdas, y expresado como es debido, con contundencia y sin tapujos. Deberías publicarlo en algún periódico nacional. Por cierto, mi hijo fue alumno tuyo en el instituto de P. Lisboa. Enhorabuena por esta publicación.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maribel. Expreso el enfado, la impotencia y la frustración que parece que es la de muchos. Espero que podamos tener una opción de votar con dignidad, sin tener que reprimir el vómito. Estas personas no han medido las consecuencias. A ver qué pasa.
EliminarTu chico es un encanto.