Una cambra pròpia

domingo, 13 de septiembre de 2020

TRAICIÓN de HAROLD PINTER

En el mes de marzo, los telones de los teatros se bajaron de manera abrupta e indefinida. De la misma manera que la vida cotidiana, tal y como la hemos conocido hasta ahora, quedó paralizada. Quedaron muchas entradas vendidas y funciones por estrenar. Incomprensiblemente las puertas de los teatros han sido las últimas en abrirse. En el teatro hay una tradición. Cuando este está vacío, siempre se deja una luz encendida, normalmente sobre un trípode en el centro del escenario. Esa luz recibe el nombre de ‘Luz Testigo’ y significa que, aunque el teatro esté vacío, la luz testigo permanece. Significa que las gentes del teatro saben que volverán a ser convocadas al ágora dramático. Esa luz testigo nos ha permitido seguir alimentándonos durante este duro confinamiento, gracias al teatro ya vivido, al leído y al que hemos podido ver a través de las pantallas de nuestros ordenadores. No, no es lo mismo y los enfermos de teatro lo sabemos, pero verlo así nos ha hecho ser más conscientes, si cabe, de lo auténtico del espectáculo en directo, de la interpretación única e irrepetible que un grupo de comediantes hace para ti y tus compañeros de sala. Como ha dicho Mayorga, hemos echado de menos el teatro, sobre todo, como espectadores.

 

Todo esto ha provocado que, llegado el momento de retomar el ritual griego, haya cobrado más significado aún. Cada gesto, repetido tantas veces de manera autómata hasta ocupar la butaca asignada, recrea la ceremonia casi religiosa de las candilejas y nos hace más conscientes del valor del ademán. No importan las mascarillas, ni los geles hidroalcohólicos; al margen queda esa distancia física social impuesta por un virus invisible y que se esfuma gracias a la palabra declamada. En el escenario vuelve a ocurrir el hechizo que nos hipnotiza y nos traslada a la trama representada.

 

Traición es una de las obras maestras y más clásicas del Premio Nobel de Literatura Harold Pinter. Se considera así porque el tema que presenta es fácilmente reconocible por el espectador: la historia de un triángulo amoroso. Emma mantiene una relación extramatrimonial con Jerry, que es el mejor amigo de Robert, su marido. Puede parecer incluso tópico. Esta vez Pinter no obliga al espectador a dar sentido al argumento para desentrañar lo que ocurre en la obra. El atractivo y el mérito de la pieza consiste en que la historia nos la cuentan del revés. A través de una serie de analepsis o flashbacks parciales,  vamos conociendo esta urdimbre de amor y traición desde el final hasta el origen del conflicto. Hay una crítica directa y feroz a los convencionalismos sociales a través de la relación de estos tres amigos, a lo largo de nueve años en la Inglaterra de los años 70. Pero lo que otorga una vigencia genuina al texto es que, más allá de la expresión clara y razonable de los tres personajes, por debajo palpita su lucha interna por creer lo que dicen, por sobreponerse a sus sentimientos de frustración y desengaño, por superar la represión de sus deseos ocultos. Tal y como afirma Berna, personaje de La colección, última obra (aún inédita) de Juan Mayorga, siempre es demasiado pronto para saber si acertamos o fracasamos en una decisión. Traición nos brinda la oportunidad de observarlo con la perspectiva del tiempo ya vivido. ¡Qué fácil sería vivir si pudiéramos llevar a nuestras existencias este juego temporal pinteriano!

 

Irene Arcos, Raúl Arévalo y Miki Esparbé logran que los diálogos permanezcan a la altura de la obra y de su autor. Nunca es tarea fácil. El resto de elementos teatrales, elaborados por aquellos que se esconden entre bambalinas, hacen que la vuelta al teatro conserve toda su magia: escenografía, vestuario, música e iluminación se alían con los tres intérpretes que crean esa fábula en la que nos sumergimos y vivimos durante casi una hora y media. El fundido a negro devuelve a su ser a estos tres actorazos. El aplauso emocionado es de mutuo reconocimiento. La luz testigo nos ha convocado de nuevo. Hemos vuelto al teatro.

 

Begoña Chorques Fuster

Profesora que escribe


2 comentarios:

  1. Magnífic, com sempre! Encertades paraules per a reflectir el que pensem i sentim els ionkis del teatre. Salut i Teatre! 🤗

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